Food trucks. ¿Moda pasajera?

No es ningún secreto que somos de L’Hospitalet. Y que nuestra ciudad, fuera de tópicos y de historias varias de correveidile, es un lugar donde se vive muy bien. Muestra de ello son la variedad de eventos y de actividades disponibles a lo largo del año, ya sean gestionados directamente desde el Ayuntamiento de L’H o por entidades privadas. El sábado 4 de junio HistoriasdeD&M fuimos testigo de uno de estos actos al aire libre. Y digo testigos, pero en realidad lo que quiero decir es que nos pusimos las botas…

Eat Street at Districte Cultural de L’Hospitalet

Un festival de comida callejera de calidad. Así definen el evento los organizadores en su Manifiesto 2016. Y es que si alguna vez has estado en una de las citas mensuales que organiza Eat Street Barcelona en la Nau Bostik del barrio de La Sagrera, habrás visto que se trata de una fiesta gastronómica que engloba muchas otras variantes, donde la música es el elemento aglutinador de la gente y donde hay cabida para todo tipo de personas.

El sábado 4 de junio se mudaron eventualmente para venirse a la ciudad vecina y se plantaron en la calle Rosalía de Castro, 11. La calle se encuentra en una zona  que pertenece al Districte Cultural de L’Hospitalet, un proyecto aún en construcción que quiere hacer de la cultura el elemento transformador y de crecimiento de la ciudad. Merece la pena que entréis al link, ya que para los que nos dedicamos a esto de la cultura, todo lo que sea potenciar el sector es bienvenido. Es que a los gestores culturales también nos gusta comer todos los días, miratúquécosas 🙂

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Cartel del Eat Street de L’Hospitalet. Ilustración por Cristina Daura

La verdad es que nada más llegar, nos sentimos un poco decepcionados por el lugar elegido. No dejábamos de pensar en los guiris que son tan habituales en estos eventos, en la imagen de la ciudad que iban a tener: un descampado entre Bellvitge y el Gornal, con las vías de tren al lado. Un paisaje desolador. Pero una vez llevas un ratito allí, con el buen ambiente, la comida, la música… la cosa cambia. Empiezas a aplaudir al tren cada vez que pasa, cambias tus monedas por tokens para pagar la bebida, te mimetizas con el contexto y te olvidas del escenario. Y sobre todo, disfrutas la comida.

En el Eat Street de L’Hospitalet había tanto chefs foráneos como autóctonos. Algunos con comida vegana, otros hindúes, peruanos, griegos, también especialistas en cócteles, helados, café… Aquí os presentamos la lista y algunas fotografías, básicamente para haceros dientes largos 🙂 Todos disponen del enlace a su Facebook para que los descubras y los persigas, ya que son dignos de seguir por allá donde van.

Warike
Masala’73
– L’Agosarada (by Contrast restaurant)
Η τρελή ροδιά / El Magraner Boig
A Tu Bola
NANIT Restaurante Chino
El Divan Taller Cuina

This&That Co.
Gastro Burger
Gelateria Artesana La Provençana

Trópico
Cerveza Fort
The Milk & Coffee


Entra hambre con tan solo ver las fotografías, ¿verdad? Pues entonces tienes que ver el mini reportaje que hizo L’Hdigital, clicando aquí. Si en fotos es genial, en imágenes en movimiento dan ganas de repetir cada semana.

Te animamos a que investigues un poco más sobre este concepto de comida sobre ruedas, cómo ha llegado a nuestro país y la versatilidad de uso que podemos darle en un evento como es una boda al aire libre. Ah, ¿que no te lo habías planteado? Entonces sigue leyendo…

¿Conoces el origen de los food trucks?

Corrían los últimos años del siglo XIX en Texas (EEUU) y a lo largo y ancho del estado, cientos de rancheros tenían dispersadas sus reses. El ferrocarril aún no llegaba a todos los rincones, por lo que el que luego se reconoció como el ganadero más famoso de Texas, Charles Goodnight, tuvo la brillante idea de convertir una carreta en una especie de cocina móvil, con un compartimento para guardar alimentos y otros enseres, así como espacio útil para que el cocinero pudiera trabajar. El nombre que le dieron a tal invento fue chuck wagon. El diseño fue copiado y su uso se extendió en las largas travesías de arreo de rebaños, tan en boga en esa época. Su utilidad se debía a la necesidad de llevar alimento para los cowboys que cuidaban de esas desperdigadas reses…

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Reproducción de chuck wagon

Más o menos por la misma época, si nos movemos dentro del territorio de EEUU, en grandes ciudades como New York, Chicago o San Francisco, se encontraban en pleno desarrollo industrial, con sus obreros de la construcción trabajando 24 horas al día. Para estos trabajadores del turno de noche se crearon los night lunch wagon, pequeños restaurantes móviles abiertos de 19:30h a 04:30h donde les servían hamburguesas, hot dogs o bebidas calientes.

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Night Owl Lunch Wagon, Greenfield Village – Dearborn (Michigan)

Y así hasta nuestros días. Ha habido épocas mejores y peores, pero el concepto siempre ha sido el mismo. ¿Quieres saber más sobre la evolución de los food trucks? Clica aquí.

¡Quiero food trucks en mi boda!

¡Y quién no! Nos parece idílica la imagen de una casa rural – masía – castillo – etc., con sus jardines de césped perfectamente cortado y diferentes estaciones de comida, esa imagen tan vintage, ese buen rollo que se respira en el ambiente, una pequeña paradita de cócteles, luces tipo carpa de circo que iluminan la estampa… Por cosas como ésta nos entran ganas de casarnos otra vez. Bueno, por esto y por miles de cosas más, nos casaríamos otra vez, pero eso ya es otro tema.

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Hablando de nuestra boda, recuerdo que hace 2 años, cuando visitamos Saló Boda Mataró, en la misma puerta nos encontramos con una barca de pesca. Y es que no solo de food trucks vive el hombre, ¡también existen los food boats! En concreto, hablamos del Llaüt de l’Empordà, una barquita que igual te hace un mojito que un helado o una paella marinera. Todo es hablarlo…

Y es que hoy en día, además de «comida con ruedas», las pequeñas camionetas sirven como atrezzo para que los fotógrafos exploten su potencial creativo y dejen para la posteridad unas imágenes memorables. Ya no se llevan los posados, y la estética retro-vintage de un food truck, puede ayudar mucho a conseguir una atmósfera acogedora.

En este sentido (y siguiendo con nuestra boda, nos hemos puesto melancólicos, ¡oye!), la primera vez que visitamos Mas Llombart nos encantó, ya que era un sitio pequeño, actual pero con un punto rústico y tremendamente familiar. Y en la entrada había una bonitísima caravana para hacer fotografías. ¡El sitio ideal! La caravana no llegó a nuestra boda (una pena) pero la idea ahí la dejo caer: caravanas como photo booth. Las cabinas de fotos de toda la vida, vaya.

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¿No os parece algo a valorar? Quizás el espacio de tu boda no da para tener food trucks de comida o quizás no es la imagen que estás buscando. Pero en ninguna boda actual que se precie falta un photocall, un libros de firmas con una polaroid, atrezzo… Pues esto es una alternativa. A nosotros nos parece una monada.

Si te ha picado la curiosidad y te lo estás planteando, actualmente hay un buscador de food trucks muy interesante: www.foodtruckya.com

Puedes buscar por provincia y verás la valoración de cada uno, además de una pequeña descripción y los datos de contacto.

Además, casi cada fin de semana plantan un evento callejero en las plazas de medio país, así que si quieres probarlo, no tienes excusa.

¿Te hemos convencido?

Imágenes:

HistoriasdeD&M

Eat Street at Districte Cultural de L’Hospitalet

The Henry Ford

Llaüt de l’Empordà

Fuentes:

Eat Street Barcelona

The History of Food Trucks

Meals on Wheels

History of Food Trucks

The Henry Ford

Comecalles

L’Hdigital

 

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